Podría escribir mil versos
de sus sonrisa,
una noche entera
bajo la brisa.
Aquel mar de hielo
ques su cornisa
custodia la ventana,
oigo su risa.
Los hoyuelos se forman
cambian su boca
arrugan tal su piel que
rompen la roca
y hablan de que musas
me vuelven loca
y enloquezco más
si ella no me toca.
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