Ella habla de la muerte
como si fuera un beso
confunde el frío de la sin vida
con el calor de la sin hueso.
No quiere a nadie a su lado
cuando llegue el final
pero anhela cada noche
un abrazo antes de soñar.
Dice que la guadaña le toca
como si fuera querida
y confunde ese acero tacto
con el suave de sus manos.
Que los ojos de un cadáver
le pierden en sus pupilas
y no es una persona amada
sino una capucha negra
que ella confunde con alguien
que viene a ofrecerle su abrigo
y lo acepta buscando calor,
lo acepta buscando refugio,
Lo acepta buscando amor.