¿Qué mierda de poeta
dejó volar tus labios
sin hacer de ellos musa
de las alas de un Pegaso?
¿Qué clase de caballero
dejó escapar a la doncella
buscando hechizos de bruja
bajo la luna nueva?
¿Qué maldito hombre
no supo saborear tu piel
y dejó que se congelara
entre colchones de miel?
Dile a ese hombre,
que ni poeta ni caballero,
tiene derecho a batalla
sin tener pluma ni espada.
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